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La paz a través del entendimiento es un derecho inalienable de todos los seres vivos. Pero es una de las partes menos perseguidas y comprendidas de esto que llamamos vida.
Si intentamos simplificar demasiado nuestra vida, permaneceremos en un estado de confusión, porque la complejidad de la vida es su simplicidad, y su simplicidad es su complejidad.
Nuestras vidas son "cebollas" y, sin considerar cada capa y sus componentes, podemos encontrarnos corriendo como un pollo al que le han cortado la cabeza.
En resumen, las elecciones que hacemos entre las opciones que tenemos son infinitas por naturaleza, pero también producen patrones específicos de deseos, necesidades y experiencias.
Sin embargo, dentro de este tapiz, traemos nuestra propia individualidad percibida, que, si bien es dinámica, también contiene sus propias consistencias.
Nuestras elecciones pueden llevar a consecuencias específicas, mientras que nuestras reacciones o respuestas pueden llevar a variaciones no deseadas.
Tenemos hambre de una situación particular debido a la falta de compañía o de éxito. Al mismo tiempo, nuestras acciones exacerban las mismas circunstancias.
Por ejemplo, podemos sentirnos solos y buscar una relación con alguien con quien no resuenan o con quien no tenemos una comunicación honesta.
O cultivar un proceso o estilo de vida que claramente no nos brinda satisfacción como personas que somos, porque nunca nos hemos permitido florecer como la naturaleza individual que contienemos.
Las experiencias sirven de poco o de nada sin contemplación y redirección. Supongamos que meto la mano en el fuego y me concentro sólo en la incomodidad. Seguiré ignorando la naturaleza del fuego y mi relación con él. Y el razonamiento detrás de mis acciones e interacciones.
En consecuencia, no obtendré la sabiduría que me permitiría evitar otras experiencias de la misma magnitud.
Si insisto en comer algo que me causa daño por el hecho de que tengo hambre, el daño permanecerá. Incluso puedo creer que las consecuencias son inevitables y volverme amargado, resentido y deprimido.
Obviamente, debido a mi constitución biológica, experimentaré el deseo de comer. Sin embargo, debo observar la alimentación a través del lente de la nutrición y la compatibilidad de mi cuerpo. La comida en sí añade una capa de complejidad porque no sé de dónde vino ni quién la cultivó. ¿La gente tenía en mente mis mejores intereses, o está motivada por la codicia, o ha sustituido la conveniencia por la calidad?
A medida que atravesamos la vida, "la paz a través de la comprensión" es primordial. En cualquier momento dado, podemos ser víctimas de nuestros propios malentendidos o de nuestra incapacidad para notar lo obvio.
La falta de reconocimiento no significa ciertamente que haya algo malo en nosotros. Así que no hay necesidad de entrar en pánico, desconfiar o castigarnos.
Podemos utilizar los datos recopilados a nuestro favor mediante la observación, la contemplación y la redirección.
Aunque estas herramientas son invaluables, ejecutarlas puede ser más fácil de decir que de hacer. "No podemos responder las preguntas y adoptar resoluciones sólidas con la misma mentalidad que utilizamos para provocar las situaciones".
Por ejemplo, el mismo tipo de persona que siento que me hace daño no es el problema específico. A través de la contemplación, puedo darme cuenta de que es mi insistencia en estar cerca de ese tipo de individuo, junto con mi reacción hacia él.
La aplicación de la redirección de mis acciones y reacciones, en forma de reubicación y respuesta en lugar de reacción, se convierte en la respuesta. El único poder que tenemos sobre la vida somos nosotros mismos. Desafortunadamente, al ignorar este hecho, seguimos siendo partícipes del síndrome de la "rueda de Hampster".
No es de extrañar que podamos desencantarnos de la vida e insatisfechos con nosotros mismos. Podemos obsesionarnos con las influencias externas y enredarnos en información errónea cuando todas nuestras respuestas están dentro.
El éxito es conseguir lo que quieres, mientras que la felicidad proviene de querer lo que obtienes. ¿Cuántas veces nos hemos comprometido con un deseo o anhelo, sólo para encontrar un sentimiento de vacío al completarlo? O, peor aún, ver que las porterías se han movido.
En comparación, el 90% de lo que nos preocupa nunca sucede, ¿y qué sentido tiene dedicarnos a convertirnos en un experto pescador cuando no comemos pescado?
Así que la próxima vez que te sientas confundido, desconcertado o infeliz, no te concentres en el dolor o la incomodidad de la situación. Tu paz puede y se logrará a través de la comprensión.
Y a través de esa comprensión, se revelarán nuevos caminos y tendrás la nueva mentalidad y el coraje para seguirlos.
Observe, contemple y redirija para lograr el máximo crecimiento y satisfacción.
Bueno mis queridos amigos, hasta la próxima. Que encuentres respuestas hermosas y útiles para tu vida.
No le hagas a nadie nada que no quieras que te hagan a ti: paz y amor.
¿Qué tal eso?
